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En el Santoral o no, San Cristóbal es el patrón de esta histórica provincia dominicana, enclavada en la patriótica región sur del país.
De luchas y permanentes rebeliones contra la esclavitud implantada a partir del 1496, cuando los conquistadores-colonialistas europeos establecen el “Fuerte San Cristóbal” para explotar el oro en la margen occidental del río Haina.
El oro envileció los hermanos Colón (Cristóbal, Bartolomé y Diego ), entonces llegó en 1502 Nicolás de Ovando, quien en 1503 ejecutó una indiscriminada masacre contra los aborígenes.
Con drástica disminución de los beneficios del oro, exterminio de aborígenes, falta de técnica y emigración de españoles a otras colonias, desaparecen poblaciones, mientras San Cristóbal emerge con ingenios azucareros, etc, pero el contrabando y permanentes rebeliones de esclavos, todo lo desactivó.
Y llegaron las jornadas patrióticas; desde la estratégica San Cristóbal, Juan Pablo Duarte, los Trinitarios y, el patriótico trabucazo de Matías Ramón Mella a las 11 P.M. del 27-II-1844, nos legaron la Nacionalidad e Independencia Nacional.
Pero la Independencia nunca consolidó, impedida por los intereses particulares de los “sectores económicos-políticos dominantes”, entonces el racista y traidor de Pedro Santana, alegando el peligro haitiano, emite “Decreto de Anexión” de la República a España, el 18-III-1861.
La Restauración, intensa y sangrienta guerra libertaria,1863-1865, tuvo como principal héroe a Gregorio Luperón, nativo de Puerto Plata, 8-IX-1839; hijo de Pedro Castellanos y Nicolasa Luperón; en la biblioteca de su patrón y protector, el comerciante Pedro E. Dubocq, inició su formación autodidacta, que le ayudó a forjar su formación política; además tenía dotes de buen orador.
Luperón tenía 22 años cuando la anexión a España, se rebela y cae preso, pero escapa y va al exilio. Regresa en 1863.
La guerra de la Restauración, iniciada al norte del país, en Dajabón, con el “Grito de Capotillo” el 16-Agosto-1863, avanzó con la “Batalla de Santiago”, en peligro por falta de municiones y el avance de invasores españoles desde Puerto Plata. ¡ Santiago ardía !
Con capacidad organizativa, iniciativa y estrategia, Luperón obtiene municiones en La Vega, y se logra el triunfo en Santiago; los intrusos españoles abandonan la fortaleza San Luís, 13 de Sept, y se instala en Santiago el “Gobierno Restaurador de Pepillo Salcedo”.
Como Jefe Superior de Operaciones, Luperón se trasladó a Santo Domingo, para evitar el avance al Norte del ejército español comandado por Pedro Santana, venciéndolo en Yamasá y acorralándolo en su campamento de Guanuma; siguió al Este, y otra vez vence a españoles y traidores.
Con gran valor, manejo de las armas y estratega de guerra, se estableció en San Cristóbal y allí instruyó sobre la formación de guerra de guerrillas en todos sus alrededores, desgastando así al ejército español.
Venció de manera tan contundente a los intrusos españoles y traidores anexionistas, en todo el sur como en Santo Domingo, que la Reyna de España emitió “Decreto de Retirada” el 1-V-1865, iniciándose así la Restauración de la República Dominicana, considerada la verdadera Independencia Nacional.
Luperón prosiguió luchas, triunfos, exilios; siempre luchó por fortalecer la institucionalidad y la democracia, hasta ahora burladas.
¡ La hora fatal ! Un cáncer en la garganta consumía su existencia en la isla de Saint Thomas; regresa al país y expira el 21 -Mayo - 1897 en su ciudad natal.
El país está en deuda con San Cristóbal y la espada de la Restauración de la República, el insigne Gregorio Luperón.
