Los gastos de mantenimiento de una cárcel suelen suponer unas sumas bastante elevadas, en parte debido a los recursos energéticos que necesitan. La arquitecta Margot Krasojevic propone resolver el problema llevando las prisiones del futuro al mar.
El concepto desarrollado por Krasojevic, 'Hydroelectric Waterfall Prison', es un centro hidroeléctrico flotante que generará energía suficiente no solo para satisfacer las necesidades propias, sino para abastecer con electricidad también las localidades de la costa cercana. La arquitecta ofrece ubicar su construcción futurista en el Pacífico, cerca de la orilla canadiense.
El diseño consiste en una plataforma flotante que se sustenta en un pilar de unos 2.000 metros de alto atirantado al fondo del mar y apoyado, además, por cuatro columnas semisumergibles estabilizadas adicionalmente por un anillo estructural de turbinas flotantes. Otro elemento, aparte de la 'pierna' principal, que sirve para mantener la plataforma a flote en una posición fija y estable son los bucles voladizos, destinados a crear una distribución regular del peso. Mientras que la estructura vertical consiste en hormigón armado, la superficie de la prisión está hecha de una tela de elementos de acero reforzado incrustados en los paneles holográficos de filtro óptico.
En cuanto a la generación de energía, la estructura aprovecha las horas de consumo mínimo de electricidad, que suelen ser durante la noche, para redirigir el exceso de su capacidad de bombear agua de un embalse -en este caso del océano- a otro depósito ubicado a una mayor altura, que es la bodega de la prisión, de unos 12.000 metros cúbicos y ubicada a 50 metros sobre el nivel del mar. Durante las horas punta de la demanda eléctrica, el agua de la bodega de la cárcel se libera a través de boquillas que salpican la superficie exterior del edificio hecha de fibra de carbono y fluye a las turbinas flotantes en el océano, produciendo electricidad.
Krasojevic calcula que los 12.000 metros cúbicos de agua almacenada en la bodega son suficientes para generar unos 3,2 megavatios y abastecer con electricidad tanto a la cárcel, como a unas 2.045 viviendas en la costa, adonde la energía llegará a través de unos cables submarinos.
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