Por Sonia Calderón
El
párrafo antes citado refleja el espíritu de una mente brillante, pues es
imposible el desarrollo y el bienestar de los pueblos si no existe la garantía
del respeto mínimo a las reglas de juego del Estado en donde vivimos. Hago este
señalamiento porque he leído y escuchando a más de un funcionario del gobierno
actual pidiendo la renuncia de funcionarios que fueron designados mediante una
ley sobre la Carrera Pública que regula estas instituciones, tal es el caso de
Pro-competencia, Pro-consumidor, Superintendencia de Valores, Superintendencia de
Pensiones, Cámara de Cuentas y otras, estos vocingleros le hacen un flaco
servicio a la democracia y no aportan nada al ya existente panorama de
inestabilidad que vivimos. Lo fuerte de
todo es que el consultor
jurídico del poder ejecutivo haga
esta petición, justamente quien tiene la obligatoriedad de velar porque
todas las decisiones que emanen del
poder ejecutivo estén acorde con la Constitución y las leyes, pero es peor aún ,cuando
escuchamos al mismo presidente haciendo estas peticiones, pues él debe saber que gracias a una
ley que faculta a la JCE a
celebrar elecciones fue proclamado
presidente de República Dominicana, de
modo que, si cualquiera comienza a pedir a Luis Abinader que renuncie de
seguro, esto se calificaría como absurdo.
El
presidente de la República debe ser el primero en someterse al ordenamiento
jurídico, pues su juramento constitucional ante la Asamblea Nacional incluye
cumplir y hacer cumplir las leyes. Si el ejecutivo tiene indicio de algún tipo
de falta en esas instituciones, está obligado a proceder conforme lo establece
la Constitución de la República, pues constituye un peligro cuando el primer
mandatario cae en esos dimes y diretes, pues esto cualquieriza su investidura.
Créame
que no pretendo defender a nadie, más que el Estado de Derecho. Es importante
que el gobierno y el PRM entiendan que esos funcionarios no tienen que gustarle
al presidente para estar en un puesto que la ley les faculta, mal pudiera el
presidente hacer uso de su aplastante mayoría y modificar esas leyes para poder
quitarlo con un decreto, igual no sería primera vez, pues es bueno recordad que
lo hizo al inicio de su gobierno para nombrar el actual director de INAPA.
El
presidente tiene la obligación de gobernar para todos los dominicanos, incluso
para aquellos que les adversan. Es una lástima cuando veo personas de altos
niveles intelectuales aplaudir estos desafueros, ya que existe una máxima
jurídica que expresa que “la ilegalidad no pare legalidad”.
Pienso
que el presidente debe cambiar su equipo jurídico, pues en poco más de 180 días
lo han llevado a cometer yerros imperdonables que hacen quedar muy mal a quien
tiene que ser la persona más informada de la nación.
Como
abogada y como ciudadana responsable, no voy apoyar este atropello al Estado de
Derecho, aunque los funcionarios objetos de todo tipo de vilipendio, tengan
vínculos con el gobierno saliente y yo sea miembro de la Dirección Central de
la Fuerza del Pueblo, pues respetar las reglas de juego es lo que garantiza que
mañana no hagan lo mismo conmigo o con uno de nuestros compañeros.
La
ambición de Luis Abinader de querer controlarlo todo me preocupa, la arrogancia
de que todo lo que se hizo en gobiernos anteriores está mal y que sólo el PRM
puede hacerlo bien, me recuerda los inicios del danilismo, que gritaba a los
cuatros vientos que era el gobierno más pulcro y serio de la historia y ya vean
ustedes los resultados. La función de
presidente como gran gerente es ser un
facilitador del sector privado en las
políticas de desarrollo y un vigilante
de los que ocupan funciones
públicas para que se sujeten al
ordenamiento jurídico, el gobierno anterior corrompió y denigró las
instituciones, pues los funcionarios eran meros capataces para cobrar lujosos
sueldos por obedecer órdenes a ciegas,
de eso nada ha cambiado, pues desde plantar
un árbol en Medio Ambiente hasta
poner una vacuna en Salud Pública, tiene que decidirlo el presidente, a veces
pienso que el presidente lo sorprendió
el triunfo, es fuerte decirlo, pero él
no era el capitán adecuado para llevar esta nave del Estado a puerto
seguro en medio de aguas tan
turbulentas.
Es tiempo de poner el Estado de Derecho por encima de las pasiones y de los colores partidarios, el voto prestado que los llevó al poder es un voto consciente, el presidente tiene que entender eso, se sienten los murmullos en las redes sociales, en los barrios, en la oposición y en las bases del PRM, de que las cosas no andan bien, de manera que sería bueno que el presidente los escuche, pues hay un dicho que reza “EL LIDER QUE NO ESCUCHA LOS MURMULLOS, TENDRA QUE ESCUCHAR LOS GRITOS”, en nuestra historia republicana tenemos ejemplos de sobra de cómo grita “la indómita y brava”, gritó en febrero del 1844, en agosto 1863, en junio 1959, en mayo 1961, en abril 1965 y abril 1984, todos esos gritos tuvieron el mismo motivo, respeto a la Democracia, a la Constitución y el Estado de Derecho.
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