Por David R. Lorenzo
El 4 de este mes de diciembre el
presidente de México Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ordenó realizar una investigación por
presuntos actos de corrupción contra su
prima Felipa Guadalupe Obrador Olán, y pidió que en caso de encontrarse
indicios de culpabilidad, sea juzgada.
El pedido del mandatario se debió luego
de que el periodista Carlos Loret revelara que la empresas Litoral Laboratorio Industriales,
propiedad de la señora Obrador Olán
habría ganado contratos con la estatal Petróleos Mexicanos (PEMEX), por más de
365 millones de pesos, en los últimos dos años.
Sobre el particular López Obrador enfatizó: “Yo ya he dicho que no me
pertenezco. Yo no le puedo fallar al pueblo. Entonces, no se puede permitir la
corrupción, la impunidad, el influyentismo, el amiguismo, el nepotismo y
ninguna de esas lacras de la política. No somos iguales”.
Añadió: “Entonces, si un familiar hace
algo indebido, pues se le debe de juzgar, aunque se trate de un hijo, ya ven
cuánto queremos los padres a los hijos. No se protege a nadie, esa es la
diferencia, una de tantas, no somos iguales que nuestros adversarios”.
Paralelamente, en esta semana en la
República Dominicana la justicia dominicana juzga, en un hecho sin precedentes,
a 11 personas, entre ellos ex funcionarios del pasado gobierno que encabezó el
ex presidente Danilo Medina, y dos de sus hermanos.
El Ministerio Público, dirigido por la
doctora Miriam Germán, puso en ejecución la operación llamada “Anti-Pulpo” en
la que fueron apresadas y se les están conociendo medidas por el Juez de
Instrucción, Alejandro Vargas a las onces personas, que incluyen a altos
funcionarios de la pasada administración, testaferros y familiares cercanos del
ex gobernante.
Durante el juicio, que está siendo
transmitido en vivo por varios canales de televisión y por Internet, los
acusados que han sido interrogados por el memento durante este 6 y 7 de
diciembre, se han declarado inocentes y se autocalificaron de ser
personas honorables y de trabajo.
En cambio, el Ministerio Público,
encabezado por los procuradores adjuntos Yeny Berenice Reynoso y Wilson
Camacho, han explicado todo un entramado de corrupción en varias instituciones
del Estado, para favorecer a empresas vinculadas al que se considera la cabeza
del pulpo, el señor Alexis Medina Sánchez, hermano del ex mandatario.
Como periodista independiente y abogado
en ejercicio que soy, observando las declaraciones, acusaciones,
imputaciones, defensas, incidentes y
otros alegatos, puedo decir, que por muy honesto que sea un funcionario, no puede en el
ejercicio de sus funciones favorecer a hermanos, otros familiares y allegados
de un Presidente de la República, porque eso es como dijo López Obrador,
corrupción, influyentismo, amiguismo y nepotismo.
Así es, que a mi humilde entender, la
posibilidad de que todos, o casi todos, sean condenados, debe ser alta, al
menos que no intervenga la política o se dirija mal la persecución.
En cuanto al pedimento de prisión
preventiva de un año para casi todos los imputados, solicitada por el Ministerio Público, me
parece un tanto exagerada, debido a que la libertad en ese tipo de caso, es la
regla, y la prisión es la excepción.
También, creo que el ex Presidente
Danilo Medina debe ser incluido en el caso, por permitir que varios de sus
hermanos, principalmente Alexis Medina Sánchez, haya sido contratista del
Estado y camuflajeado varias empresas
para realizar operaciones por miles de millones de
pesos.
Pero, para ser justo, ese tipo de maniobras corruptas, se ha realizado en casi todos los gobiernos desde el 1966. Quizás para mi, el menos corrupto fue el del extinto presidente Antonio Guzmán Fernández.
Después, en todos los gobiernos los funcionarios hacen igual que el emperador Nerón, “queman a Roma”, porque cuando están en el poder, creen que el poder es para siempre, que hay que tener todo el poder y que el poder es para aplicarlo, y se olvidan, que en ocasiones, cuando todo cambio, el poder se les aplica a ellos.
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