Por Carlos Ogando
Las elecciones de los Estados Unidos de América se celebrarán el 03 de noviembre del 2020 entre el republicano Donald Trump, actual 45° presidente de Estados Unidos, nacido en Queens; recientemente cambió su residencia principal de Manhattan a Palm Beach, Florida y el demócrata Joe Biden Nacido en Scranton, Pensilvania; vive en Wilmington, Delaware, seis veces senador por Delaware, elegido por primera vez en 1972; 47° vicepresidente de Estados Unidos del otrora presidente Barak Obama 2009 – 2017. Ambos líderes están viviendo el invierno de su vida y de su carrera política.
El presidente Trump cuenta con 73 años y el ex – vicepresidente Joe Biden con 77 años. Las ventajas de Donald Trump son que como presidente ha cumplido con sus promesas de campaña y cuenta con el apoyo de los cristianos evangélicos porque ven en ellos se preserven los valores que salvan a la humanidad del caos. Biden es católico, pero muchos lo consideran no religioso porque cree en el aborto.
El exitoso millonario y vendedor de sueños y ex presentador de programas de telerrealidad y promotor inmobiliario Donald Trump, se considera entre los hombres más poderosos y ricos de estados unidos. Nunca se postuló para un cargo político hasta su campaña presidencial de 2016, siendo ganador de la presidencia frente a Hilary Clinton.
Su doctrina de política exterior puede resumirse con la frase “Estados Unidos Primero», un lema bajo el cual Trump ha cuestionado a lo largo de los años los principios fundacionales de alianzas como la OTAN, y demostrado su renuencia a participar en operaciones militares en el extranjero.
Su fe inquebrantable sobre la existencia de un Dios, su amor a la patria que lo vio nacer, su compromiso con las promesas de campaña, su clara visión sobre la creación de un mundo de paz, la búsqueda de la excelencia entre la juventud, el apoyo a la industria, la defensa de su país en la firma de los tratados de libre comercio, su promesa a los cristianos evangélicos para darle más poder, su oposición al aborto y su oposición a las nuevas ideologías heterosexuales y LGBTIH ( lesbianas, bisexuales, heterosexuales, gay, etc.). Todo esto le garantiza a Donald Trump un triunfo en las elecciones del 03 de noviembre frente a su contendor Joe Biden.
En reciente reunión Trump dijo que no sólo desafiaba a las encuestas y derrotaría al demócrata Joe Biden el próximo 3 de noviembre, sino que además produciría el milagro de un triunfo en Nueva York. Con el ensayado entusiasmo de un magnate de los bienes raíces que ha dedicado su vida a vender sueños con brillante barniz, les ofreció a los policías un triunfo electoral de fantasía. Con la caída de la globalización, con el cese de las intervenciones militares y una mayor tolerancia al disentir de sus enemigos, Trump ha llevado a Estados Unidos a creer en la frase: “Hacer a los Estados Unidos cada vez más grande”.
Hay algunas desventajas que están sobre el tapete y es lo que dicen sus opositores, que el manejo de Trump de la pandemia del coronavirus no ha sido un tema definitorio de su presidencia durante tanto tiempo, pero es probable que la forma en que su gobierno ha respondido ante la crisis sea crucial no sólo para su legado, sino también para la forma en que algunos votantes indecisos que aún están receptivos y se decidan a votar en el mismo mes de noviembre, pero pienso que de igual manera pudiera afectar a ambos candidatos.
Biden, quien se ha desempeñado en la vida pública durante alrededor de medio siglo, enfatiza su experiencia en el gobierno y busca presentarse como una mano firme y experimentada en un mundo peligroso e incierto. Como expresidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, también hablaba apasionadamente sobre afirmar y defender el papel de Estados Unidos como líder en el escenario global. Este detalle podría convertirse en un factor negativo para su campaña porque daría mucho miedo a los ciudadanos estadounidenses de pensar que podría llevar a los Estados Unidos a nuevos conflictos de guerras.
El candidato a la presidencia de los Estados Unidos Joe Biden ha mostrado sus diferencias de manejo de la pandemia del Covid-19 a medida que la crisis del coronavirus avanzó, ha buscado maneras de que los votantes lo vean como el comandante en jefe, al ofrecer recomendaciones basadas en consejos de expertos en economía y salud pública.
Entre sus recomendaciones está hacer que las pruebas de coronavirus sean ampliamente accesibles y gratuitas. Ha dicho también que los pacientes no deberían pagar para recibir una eventual vacuna. Y ha sido muy crítico con la respuesta del presidente Trump al virus, a quien ha acusado de reaccionar demasiado tarde.
Creo que Biden no debiera asentar mucho su campaña en atacar a su contrincante por el manejo de la pandemia del Covid – 19, porque en la actualidad Donald Trump es el presidente y puede adecuar los cambios que requieren los ciudadanos a corto plazo y salir con medidas que podrían ser favorables para que un electorado indeciso en plena pandemia se vuelque a favor del gobernante actual por sentirse más seguro de que las bondades que está recibiendo ahora no serán cambiadas por nuevas autoridades.
La competencia por la presidencia de los Estados Unidos por el republicano Donald Trump y el demócrata Joe Biden es una carrera que inclina los factores a favor del primero porque no se han dado las condiciones en que los ciudadanos estadounidenses cambien de gobernante, ya que Donald Trump ha transitado con una economía sana, con aumento de los empleos y ha traído una nueva esperanza al mundo: Un periodo de paz, con guerra verbal y un silencio en los misiles y cañones.
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