República Dominicana.- El ministro de la Presidencia Gustavo Montalvo planteó anoche de manera muy clara el grave cuadro de la COVID-19 en la República Dominicana. Detalló a precisión cómo ha evolucionado el coronavirus desde el proceso de apertura y la celebración de las elecciones: su propagación o contagio ha aumentado progresivamente, entre 1,000 y 1,200 casos diarios, más del doble de hace un mes, San Cristóbal ocupa uno de los primeros lugar entre los centros de salud del país.
Y esa realidad se ha reflejado en el aumento de enfermos en los centros de salud, de forma tal que más del 85 % de las camas en el Gran Santo Domingo y San Cristóbal están ocupadas y el 74 % en Santiago.
Esa dramática situación ha llevado al presidente Danilo Medina a solicitar de nuevo al Congreso Nacional otra declaratoria de Estado de emergencia durante 45 días.
Eso significa la adopción de nuevas y más rígidas medidas restrictivas, porque con la reapertura económica y la celebración de las elecciones las aglomeraciones se multiplicaron. Asimismo, la apertura implicó que las personas también se congregaran en los centros laborales sin que siempre se adopten las medidas de rigor.
Además, está el comportamiento ciudadano. Ha sido difícil que las personas entiendan la necesidad de mantener la distancia física indica como primera medida para evitar los contagios.
Estamos ante una situación tan inquietante que ha llevado al ministro Montalvo a reconocer la gravedad del momento. Es alto el riesgo de colapso del sistema sanitario, al margen de que se abran otros centros hospitalarios.
Lo peor de todo es que si bien hay alguna disponibilidad de camas en algunas localidades, el mayor problema reside precisamente en los grandes focos donde se multiplica la enfermedad, que son los tres o cuatro principales centros urbanos.
Podrá decirse que todo esto era previsible. Pasamos por un proceso que no se podía eludir, las votaciones del 5 de julio, y al mismo tiempo, se había abierto la economía.
Hay que actuar. Es el deber de las autoridades, y probablemente hacen lo que pueden o han podido. Pero los grandes protagonistas siguen siendo los ciudadanos, todos los dominicanos, haciendo lo necesario para tratar de evitar la caída frente a la COVID-19.
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