Roberto
Valenzuela
Lo de Leonel
Fernández y Margarita Cedeño es único. No se conoce de una mujer que suba
peldaños en la política siendo la pareja de un político, que ha sido tres veces
Presidente de la República. Además de primera dama, ella ha sido dos veces
vicepresidente de la República.
Se presenta la
ruptura entre Leonel y el PLD, y la esposa se convierte en rival político del
marido. Ella es aspirante de nuevo a la vicepresidencia y el esposo candidato
presidencial por su nuevo partido, la Fuerza del Pueblo.
Fernández ha
bromeado citando la frase del presidente Belisario Betancourt, de que es tan
democrático que duerme con el enemigo. A Betancourt (1982-1986), la oposición
colombiana lo acusaba de no tener el apoyo de su esposa.
4 partidos en
una familia
Más o menos se
parece a Leonel-Margarita el presidente Alberto Fujimori (1990 –2000) y Susana
Higuchy. Ella era primera dama y comenzaron los líos con Fujimori, acusándolo
que estando en el palacio presidencial la quería matar, parándose detrás de
ella con un filoso cuchillo de cocina. Se separaron: él se casó con una
mujer más joven y linda. Susana acusó el gobierno de corrupción y se convirtió
en diputada por el opositor Frente Independiente Moralizador.
Al dividirse la
familia, Keiko, la hija más vieja de Fujimori y Susana formó su partido, Fuerza
2011. Después le puso el nombre de Fuerza Popular. Otro hijo de la
pareja, Kenji, al pelearse con su hermana, también fundó su propio partido, Cambio
21.
Le dio con un
libro en la cabeza
Algunos
analistas los comparan con los Clinton. Lo único en común es que Margarita e
Hillary son abogadas. Pero no se conoce de un ejercicio profesional de
Margarita, mientras que Hillary dirigió un prestigioso bufete de abogados,
mientras su marido era gobernador. La prensa afirmaba que lo que se ganaba
Hillary como jurista era superior al salario de su marido como gobernador de
Arkansas. Era tan prestigiosa, que según sus biógrafos, no quería aceptar el
apellido Clinton, como se estila en la sociedad norteamericana y que lo aceptó
a regañadientes, pensando en el futuro político del marido.
Cuando Bill
Clinton fue presidente (1993–2001) demostró inteligencia emocional y lealtad al
marido en el escándalo sexual con la becaria Monica Lewinsky. Algunos biógrafos
indican que cuando el escándalo inició, ella preguntó al Presidente que si era
verdad. Clinton admitió su relación con Lewinsky. Hillary
reaccionó dándole con un libro en la cabeza.
Es decir, que no puede haber comparación con Leonel y Margarita.
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