HAINA/San Cristóbal, república Dominicana.- Hay muchas válvulas que han salvado vidas colocadas en corazones en todo el mundo. La mejor noticia es que una proporción importante sale de República Dominicana, fabricadas con manos criollas en el Parque Industrial Itabo S.A. (Piisa), por la empresa Edwards Lifesciences, una multinacional que lleva diez años aprovechando las ventajas competitivas que ofrece el país
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La empresa Edwards Lifesciences fabrica componentes médicos relacionados con cateterismo y otras soluciones médicas relacionadas con problemas cardíacos. La firma tiene su casa matriz en California, Estados Unidos, y es líder en este segmento de mercado en todo el mundo.
El gerente general de la empresa es Daniel Pichardo, quien presidió un recorrido por las instalaciones para conocer el proceso de elaboración de los componentes médicos, por cuya exportación se generan facturas por US$70 millones al año. En el recorrido participaron José Manuel Torres, vicepresidente de la Asociación Dominicana de Zonas Francas (Adozona); José Tomás Contreras, gerente general de Piisa; los empresarios Manuel Tavares y Samuel Conde, así como Miguel Franjul, director de LISTÍN DIARIO,y Jairon Severino, editor de Economía & Negocios.
Lo que Edwards Lifesciences fabrica tiene utilidad en tratamiento y enfermedades cardiovasculares, específicamente en lo que tiene que ver con válvulas d
e corazón, reemplazos, tanto mecánicos como de cultivos de tejidos de caballo, bovino y porcino, este último el que más se utiliza, pues el cerdo comparte más del 90% del ADN con el ser humano.
Pichardo explicó que los cerdos son eventualmente sacrificados para aprovechar el tejido cardiovascular. El proceso se inicia en Estados Unidos. Aquí en República Dominicana se maneja todo lo que tiene que ver con cuidado crítico. El material se cosecha, se trata con un proceso químico propiedad de la compañía y eventualmente se cose en anillos de material sintético para hacer una válvula, que es lo que se utiliza para reemplazos en cirugías de corazón.
“Fabricamos válvulas tricúspide, mitral, pulmonar y todas las demás son fabricadas en esta empresa, enclavada dentro del parque industrial Piisa, en Itabo, Haina, San Cristóbal”, expresó el ejecutivo, quien apuntó que el 80% de las válvulas de reemplazo que se venden en el mundo son fabricadas en Edwards Lifesciences, que se hacen básicamente en California, Suiza, Singapur y República Dominicana.
División
La otra división de la empresa es la de Cuidados Críticos, dedicada para monitorear aquellos pacientes que luego de la operación o intervención quirúrgica necesitan ese cuidado posoperatorio con maquinarias especiales. En República Dominicana se elaboran todos los componentes que conectan al paciente con la máquina de monitoreo.
En la empresa que funciona en Piisa se fabrican 40 millones de unidades anualmente, que conlleva un costo de producción de US$70 millones y en ventas ronda los US$150 millones. La producción dominicana sale hacia Estados Unidos y Puerto Rico hacia un proceso de esterilización y desde ahí a todo el mundo. Una de las cosas que más le llena de orgullo es que esos productos tienen el sello “Hecho en República Dominicana”.
Los principales clientes de estos productos en el país son Plaza de la Salud y Corazones Unidos, pero lo compran fuera porque una vez fabricados deben ser tratados en Estados Unidos en el proceso de esterilización.
Según el gerente general, Edwards Lifesciences pierde una oportunidad especial dentro del acuerdo de libre comercio firmado con Estados Unidos y Centroamérica (DR-Cafta) y con EPA, de la Unión Europea, porque el producto no lleva la última transformación. Desde el mismo momento en que el producto pueda esterilizarse aquí se podrá comercializar en territorio dominicano. La planta no se ha podido montar porque no hay volumen para hacerlo.
“Hasta este momento no ha aparecido un emprendedor que haya decidido montar la facilidad que ofrezca el servicio como contratista y que le dé servicio a todos”, explicó.
Manuel Tavares es uno de los fundadores del Piisa, el primer parque privado de zonas francas de República Dominicana. Destaca que nadie en el mundo puede decir que fabrica tal o cual producto, pues las piezas son manufacturadas en diferentes lugares y ensambladas en otro.
“Esto que hacemos aquí es parte de una gran cadena que agrega valor. Hemos estado hablando de montar una planta de esterilización en el país”, explicó.
Ruta del empleado
En la visita a Edwards Lifesciences, los ejecutivos de Piisa y la empresa quisieron que el recorrido se hiciera por el mismo lugar por donde entran los empleados. El propósito es que se viera cómo está en términos de organización. Hay tres turnos de ocho horas en la empresa.
El primer lugar por donde se accede a la empresa es por el comedor y cafetería, que es donde se sirven desayuno, comida y cena, subsidiados en un 70% al personal y funciona al mismo tiempo como salón para las reuniones de planta donde cada turno se reúne y se analizan los resultados del trimestre anterior y se habla sobre las posibilidades del próximo. Hay 1,452 empleados y todos son dominicanos. La proporción es 70% mujeres y el resto hombres.
Las mujeres llevan cierta ventaja porque tienen las manos más pequeñas y el producto tiene muchas piezas en las que se necesita mucha precisión y ahí llevan ventajas las hembras. Según los estudios, la mujer tiene más atención a los detalles.
Cuando es necesario las mesas se recogen y se ubican en un depósito al fondo del salón y las sillas, especialmente diseñadas, se intercalan tipo auditorio donde caben perfectamente sentados más de 600 personas por turno.
De su lado, Tavares explicó que quedaron muy impactados cuando visitaron otro parque y vieron a las personas comiendo “literalmente debajo de los furgones”, lo que les indicó que ellos no podían llegar ahí. “Pusimos el estándar de que la comida es tipo cafetería de la escuela donde estaba mi hijo. La gente llega y recibe una comida decente. Tiene opciones de menú y todo es cómodo. Además, quien lo desee puede traer su comida de la casa y aquí tiene los microondas para calentarlas y si es fría tiene los refrigeradores”, señaló.
Planes
Hay más proyectos próximos a ejecutarse, como lo es un gimnasio y un área de comida especial para quienes estén a dieta. La empresa labora 24 horas cinco días a la semana.
La empresa tiene dos edificios: el primero está frente a las oficinas de administración del parque que es el almacén de materia prima y área de reclutamiento y entrenamiento, pues el personal que se contrata dura tres semanas en el proceso, y el edificio principal de producción que tiene 9,000 metros cuadrados.
El proceso de entrenamiento tiene tres etapas: la primera es donde se convierte al empleado en un “empleado Edwards”, donde se le explica sobre la compañía, el tipo de producto que se fabrica y sobre los procedimientos especiales o buenas prácticas de manufactura; la segunda semana es un entrenamiento teórico en la operación específica que el empleado hará una vez entre a trabajar, y la tercera semana es la parte práctica que fue habilitada en un área del mismo edificio de entrenamiento, aunque esto se hace con material solo para estos fines. Si al final del proceso la puntuación que obtiene es menor a 80% se le da una semana de reposición y si con eso no logra alcanzar el puntaje, entonces no es contratado.
Los ejecutivos de Edwards se quejan del trato que tienen de parte de la Dirección Nacional de Control de Drodas (DNCD) porque al parecer, por desconocimiento, quieren abrir las cajas, lo que echaría a perder el producto que requiere de total aislamiento de contaminación.
LA GENERACIÓN DE EMPLEOS