
El párrafo antes citado refleja el espíritu de una mente brillante, pues es imposible el desarrollo y el bienestar de los pueblos si no existe la garantía del respeto mínimo a las reglas de juego del Estado en donde vivimos. Hago este señalamiento porque he leído y escuchando a más de un funcionario del gobierno actual pidiendo la renuncia de funcionarios que fueron designados mediante una ley sobre la Carrera Pública que regula estas instituciones, tal es el caso de Pro-competencia, Pro-consumidor, Superintendencia de Valores, Superintendencia de Pensiones, Cámara de Cuentas y otras, estos vocingleros le hacen un flaco servicio a la democracia y no aportan nada al ya existente panorama de inestabilidad que vivimos. Lo fuerte de todo es que el consultor jurídico del poder ejecutivo haga esta petición, justamente quien tiene la obligatoriedad de velar porque todas las decisiones que emanen del poder ejecutivo estén acorde con la Constitución y las leyes, pero es peor aún ,cuando escuchamos al mismo presidente haciendo estas peticiones, pues él debe saber que gracias a una ley que faculta a la JCE a celebrar elecciones fue proclamado presidente de República Dominicana, de modo que, si cualquiera comienza a pedir a Luis Abinader que renuncie de seguro, esto se calificaría como absurdo.
El presidente de la República debe ser el primero en someterse al ordenamiento jurídico, pues su juramento constitucional ante la Asamblea Nacional incluye cumplir y hacer cumplir las leyes. Si el ejecutivo tiene indicio de algún tipo de falta en esas instituciones, está obligado a proceder conforme lo establece la Constitución de la República, pues constituye un peligro cuando el primer mandatario cae en esos dimes y diretes, pues esto cualquieriza su investidura.
Créame que no pretendo defender a nadie, más que el Estado de Derecho. Es importante que el gobierno y el PRM entiendan que esos funcionarios no tienen que gustarle al presidente para estar en un puesto que la ley les faculta, mal pudiera el presidente hacer uso de su aplastante mayoría y modificar esas leyes para poder quitarlo con un decreto, igual no sería primera vez, pues es bueno recordad que lo hizo al inicio de su gobierno para nombrar el actual director de INAPA.
El presidente tiene la obligación de gobernar para todos los dominicanos, incluso para aquellos que les adversan. Es una lástima cuando veo personas de altos niveles intelectuales aplaudir estos desafueros, ya que existe una máxima jurídica que expresa que “la ilegalidad no pare legalidad”.
Pienso que el presidente debe cambiar su equipo jurídico, pues en poco más de 180 días lo han llevado a cometer yerros imperdonables que hacen quedar muy mal a quien tiene que ser la persona más informada de la nación.
Como abogada y como ciudadana responsable, no voy apoyar este atropello al Estado de Derecho, aunque los funcionarios objetos de todo tipo de vilipendio, tengan vínculos con el gobierno saliente y yo sea miembro de la Dirección Central de la Fuerza del Pueblo, pues respetar las reglas de juego es lo que garantiza que mañana no hagan lo mismo conmigo o con uno de nuestros compañeros.
La ambición de Luis Abinader de querer controlarlo todo me preocupa, la arrogancia de que todo lo que se hizo en gobiernos anteriores está mal y que sólo el PRM puede hacerlo bien, me recuerda los inicios del danilismo, que gritaba a los cuatros vientos que era el gobierno más pulcro y serio de la historia y ya vean ustedes los resultados. La función de presidente como gran gerente es ser un facilitador del sector privado en las políticas de desarrollo y un vigilante de los que ocupan funciones públicas para que se sujeten al ordenamiento jurídico, el gobierno anterior corrompió y denigró las instituciones, pues los funcionarios eran meros capataces para cobrar lujosos sueldos por obedecer órdenes a ciegas, de eso nada ha cambiado, pues desde plantar un árbol en Medio Ambiente hasta poner una vacuna en Salud Pública, tiene que decidirlo el presidente, a veces pienso que el presidente lo sorprendió el triunfo, es fuerte decirlo, pero él no era el capitán adecuado para llevar esta nave del Estado a puerto seguro en medio de aguas tan turbulentas.
Es tiempo de poner el Estado de Derecho por encima de las pasiones y de los colores partidarios, el voto prestado que los llevó al poder es un voto consciente, el presidente tiene que entender eso, se sienten los murmullos en las redes sociales, en los barrios, en la oposición y en las bases del PRM, de que las cosas no andan bien, de manera que sería bueno que el presidente los escuche, pues hay un dicho que reza “EL LIDER QUE NO ESCUCHA LOS MURMULLOS, TENDRA QUE ESCUCHAR LOS GRITOS”, en nuestra historia republicana tenemos ejemplos de sobra de cómo grita “la indómita y brava”, gritó en febrero del 1844, en agosto 1863, en junio 1959, en mayo 1961, en abril 1965 y abril 1984, todos esos gritos tuvieron el mismo motivo, respeto a la Democracia, a la Constitución y el Estado de Derecho.