NACIONES UNIDAS.- Horas después de que Donald
Trump amenazase con usar la fuerza contra Venezuela, Nicolás Maduro le tendió
el miércoles una mano al presidente estadounidense y ofreció sentarse a la mesa
a dialogar durante su presentación ante la Asamblea General de las Naciones
Unidas.
“A pesar de las diferencias abismales”, que
tiene el gobierno venezolano con el estadounidense, “el presidente de Venezuela
estaría dispuesto a estrechar la mano del presidente de Estados Unidos y
sentarme a dialogar sobre las diferencias bilaterales y los asuntos de nuestra
región”, expresó Maduro horas después de llegar a Nueva York.
“Son los diferentes los que debemos dialogar”,
manifestó. “Estoy dispuesto a hablar con agenda abierta sobre todos los temas
que quiera hablar el gobierno de Estados Unidos”.
“Ratifico la voluntad de diálogo”, insistió
Maduro, quien vino a la ONU con su esposa Cilia Flores a pesar de que el martes
Estados Unidos la acusó de corrupción.
Fue un discurso tal vez más suave del que
muchos anticipaban luego de que Venezuela fuese blanco de un ataque incesante
en las dos primeras jornadas de la Asamblea General de parte de Estados Unidos
y de gobiernos de derecha de América Latina.
Maduro no mencionó la crisis económica por la
que atraviesa su país, marcada por una alta inflación, que ha generado
descontento social y un éxodo de 1,6 millones de personas desde el 2015,
causando serias dificultades a los países de la región que las reciben.
Solo dijo que su país ha lanzado un “programa
de crecimiento y prosperidad que posiciona las bases de una economía nueva, no
dependiente de la renta petrolera”. Tampoco aludió a las violaciones a los
derechos humanos que le achacan sus detractores.
El mandatario venezolano le puso así el pecho
a una intensa ofensiva contra su gobierno, que continuó el miércoles cuando
Trump se reservó el derecho a usar la fuerza para promover cambios democráticos
en Venezuela y Canadá se sumó a una denuncia de cinco naciones latinoamericanas
en contra de Maduro por supuestos crímenes de lesa humanidad ante la Corte
Penal Internacional.
“Todas las opciones están sobre la mesa”,
declaró Trump al llegar el miércoles a la sede de la ONU. “Todas, las fuertes y
las menos fuertes y sabes lo que quiero decir con fuertes”. Trump agregó que
estaría dispuesto a reunirse con Maduro si viene a la Asamblea General.
“Siempre que pueda salvar vidas estaría dispuesto”, dijo.
Las denuncias contra el gobierno de Maduro se
suceden en la ONU, donde varias naciones americanas han pedido reformas
democráticas y crearon el martes un fondo de ayuda para los venezolanos que se
van de su país y para las naciones que los reciben.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau,
afirmó que la situación en Venezuela es catastrófica al anunciar en una
conferencia de prensa que su país se unió al reclamo de cinco naciones
latinoamericanas que pidieron a la Corte Penal Internacional (CPI) que inicie
una investigación sobre supuestos crímenes de lesa humanidad cometidos en
Venezuela.
“Hay una crisis humanitaria en un país que fue
en el pasado uno de los más prósperos”, señaló Trudeau, que denunció un
“liderazgo fallido” en Venezuela.
“Vamos a usar todos los mecanismos que estén
disponibles” para cambiar las cosas, expresó. Los cancilleres de Argentina,
Canadá, Chile, Colombia, Paraguay y Perú enviaron el miércoles la petición al
tribunal internacional.
Maduro describió a esos gobiernos como
“satélites” de Estados Unidos, “que arrodillados mancillan el honor de los
pueblos que dicen representar”, y dijo que la crisis asociada con el éxodo de
cientos de miles de venezolanos es una maniobra mediática.
“Se ha tratado de construir un expediente para
justificar una intervención internacional… una pretendida crisis migratoria
para justificar lo que desde hace varios años se viene anunciando: Una
intervención humanitaria”, sostuvo Maduro, quien después de su discurso se fue
a una iglesia en la que el presidente cubano Miguel Díaz-Canel tenía programada
una actividad.
Maduro añadió que esa intervención es alentada
por Estados Unidos en el marco de la Doctrina Monroe que Trump reivindicó el
martes.
El mandatario venezolano la describió como una
“doctrina imperial, intervencionista, neocolonialista”, contrapuesta con la
doctrina bolivariana.
Las naciones que lo acusaron de crímenes de
lesa humanidad indicaron que el documento irá acompañado de dos informes que
enumeran ejecuciones extrajudiciales, entre otras violaciones, y que existen
fundamentos para considerar que 11 individuos, entre ellos Maduro,
supuestamente habrían cometido crímenes de lesa humanidad.
El secretario general de la Organización de
Estados Americanos, Luis Almagro, quien ya había pedido una investigación a la
CPI este año, dijo en un comunicado que se está dando “un paso histórico y sin
precedentes en la historia de nuestra América, generando un hito fundamental en
aras de la justicia, la rendición de cuentas, la no repetición y la reparación
a las víctimas de la dictadura venezolana”.
El presidente de Colombia Iván Duque,
principal impulsor de la iniciativa, dijo en su discurso ante la Asamblea
General “estamos viviendo la crisis migratoria y humanitaria más indignante de
la historia reciente de la región por cuenta de una dictadura que aniquiló las
libertades”, agregó.
Señaló que Colombia recibió casi un millón de
venezolanos en menos de dos años. El director de Human Rights Watch para las
Américas José Miguel Vivanco, por su parte, declaró que se trata de una “acción
sin precedentes que refleja la creciente preocupación en la comunidad
internacional por la catástrofe de derechos humanos que sufre Venezuela”.
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