Uno de los países donde prácticamente se respira cerveza es Bélgica. Los bares y pubs, generalmente atestados de gente, sacan cuentas alegres a fin de mes. Sin embargo, esta popularidad también les ha traído perdidas millonarias debido a turistas que deciden llevarse los vasos, muchos con formas curiosas, como recuerdo de su viaje.
Philip Maes, el propietario de la cafetería Bruges Beerwall de Brujas, decidió invertir cuatro mil euros en alarmas que se instalan en cada vaso, debido a que por año pierde unos cuatro mil de estos ejemplares, según The Guardian.
En el bar Dulle Griet, ubicado en Gante, fueron más radicales y decidieron solicitar un zapato de cada cliente al momento de pedir una cerveza.
“Los colocamos (los zapatos) en una canasta que levantamos contra el techo. La cesta se ha convertido en una atracción, pero para nosotros sigue siendo una garantía. (Los vasos) son bastante caros porque hemos hecho especialmente”, dijo Alex Devriendt, dueño del local, al periódico belga The Nieuwsblad.
0 comentarios :